¿Y qué hay de la ridícula participación de Laurence Fishburne? Como uno de los miembros de la tripulación, este aparece únicamente para tratar aportar un drama barato y demostrar que sí puede haber pérdidas en este casi perfecto universo. ¿O que hay de la de Andy Garcia? Apariciones de poco menos de dos segundos en pantalla nos hacen preguntarnos si realmente cobran por ello.
La trama de Pasajeros es tan poco interesante que el origen de los desperfecto en los sistemas de la nave se deben al choque de una lluvia de asteroides. Las conspiraciones y la representación de la corporación maligna suelen ser características intrínsecas de la ciencia ficción y uno espera al menos que la razón por la que estos dos individuos hayan despertado hubiera sido parte de algún plan maquiavélico por parte de quienes controlan el Avalon. Pero no, todo se limita a tener que tapar unos cuantos hoyos y jalar unas cuantas palancas. Sabemos casi por default que nadie tendrá que sacrificarse para cumplir con el cometido.
Pasajeros representa lo peor de Hollywood y su necedad por crear blockbusters que simplemente ya no tienen cabida en nuestra época. A pesar de contar con todas las bondades que ofrece una producción de un calibre como esta, la cinta se cae desde muy temprano debido a lo trillado del guión y la fragilidad con la que están concebidos sus protagonistas, individuos ordinarios sin ninguna característica con la cual podamos identificarnos. He aquí una película que no tiene razón de existir.