The Jesus and Mary Chain
New Order
The Chemical Brothers
Siete años después de su última visita, The Chemical Brothers regresaron a un festival mexicano, aunque esta vez sin la etiqueta de headliner. Esto, por supuesto, no fue un impedimento para abarrotar el escenario Corona Light y convocar a los amantes del big beat.
Cuando el enorme conjunto de consolas apareció en el escenario, quienes estaban hasta el frente aplaudieron y gritaron como si los DJs hubieran aparecido en persona. Era en esta estación de mando donde Tom Rowlands y Ed Simmons, quien afortunadamente regresó al tour tras un descanso, estaban a punto de comenzar con una enorme fiesta que se convertiría en uno de los grandes sets del Corona Capital 2018.
The Chemical Brothers no decepcionaron y mostraron su famoso y espectacular show de visuales, láseres y luces. Conformado por una serie de clips en bucle enclavados en lo surreal y animaciones de todo tipo de figuras humanas respondiendo a cada uno los beats que creaban, el material que podía verse en las pantallas dejaba maravillado a cada uno de los presentes.
Como cualquier presentación de este tipo, el dúo tocó varios de sus temas en forma de popurrí con breves inclusiones de unos más. Cuando los fans identificaban de cuál se trataba, la euforia llegaba al máximo, sobre todo cuando sonaron “Hey Boy, Hey Girl”, “Galvanize” y “Block Rockin’ Beats”. También hubo oportunidad de escuchar varios de sus más recientes, como “Go”, “C-H-E-M-I-C-A-L” y “Free Yourself”, primera probada de su próximo álbum, No Geography, anunciado el día de ayer,
Y como si todo lo anterior no hubiera sido suficiente, un par de gigantescos robots con pantallas y láseres tomaron el escenario para poner la cereza en el pastel en este show.
Nine Inch Nails
Quizá a Trent Reznor no le haya parecido del todo que Imagine Dragons ocuparan el lugar de honor en la segunda jornada del festival, pero eso no fue motivo para que Nine Inch Nails no dieran un excelente show repleto de éxitos, calidad y una gran demostración de cada uno de sus músicos.
En el último par de años, el grupo se ha transformado notablemente metiéndose de lleno en la experimentación gracias a la incorporación del segundo integrante oficial Atticus Ross, quien ha trabajado con Reznor durante toda la década componiendo música original para una gran cantidad de películas. A cargo de las secuencias, Ross fue testigo por primera vez de la gran respuesta del público mexicano.
Esta experimentación fue uno de los puntos más vistosos de su concierto en el Corona Capital. “God Break Down the Door”, en donde vemos a Reznor tocando el saxofón evocando la última propuesta artística de David Bowie; y “The Lovers”, una envolvente melodía con un sonido muy distinto al que cualquier fan de Nine Inch Nails está acostumbrado, nos dejaron ver esta nueva faceta de primera mano.
Pero Reznor sabe perfectamente que lo que todos esperan de un set de la banda es agresividad y un poco de violencia, las cuales pudieron sentirse con los malévolos versos de “Closer” y los guitarrazos de “Wish”.
Si de alguien podíamos esperar un comentario político en esta edición del festival era precisamente de Reznor, quien pidió disculpas por Donald Trump para luego entonar el pertinente tema de David Bowie “I’m Afraid of Americans”, un tributo a una de las figuras que más lo ha influenciado y que por un momento fungió como un mentor para él.
El show de Nine Inch Nails ha dejado atrás los visuales para concentrarse totalmente en las luces, el humo y las sombras, elementos que se conjugan para crear una atmósfera más sobria y personal. El dramatismo de ver a Reznor emerger de entre las capas del denso humo era inigualable. A su lado, Robin Finck, IIlan Rubin y Alessandro Cortini demostraban su habilidad, sobre todo los primeros dos, quienes ya forman parte de la esencia de Nine Inch Nails a pesar de no aportar creativamente.
Complaciendo al público con un nostálgico final conformado por “The Hand that Feeds”, “Head Like a Hole” y la traumática “Hurt”, Nine Inch Nails demostraron nuevamente que son uno de los actos en vivo más potentes de la era.
The War on Drugs
Pero quienes realmente se llevaron el festival en tan solo una hora fueron The War on Drugs, banda que hizo su debut en México tocando apenas unas cuantas canciones.
Adam Granduciel, considerado uno de los músicos más fascinantes de los últimos años, hizo gala de su humildad y habilidad con la guitarra en un set que saltaba entre sus dos más recientes álbumes, Lost in the Dream y A Deeper Understanding, los cuales estuvieron en las listas de lo mejor de sus respectivos años de lanzamiento de un sinfín de publicaciones.
Granduciel y cinco músicos más, entre ellos uno encargado de los instrumentos de aire, fueron los responsables del concierto más emotivo del festival. Mientras el primero se perdía entre los solos infinitos de sus composiciones, los demás lo respaldaban con su talento y pasión.
Dada la longitud de las canciones, The War on Drugs solo pudieron tocar ocho canciones, pero cada una de estas fue un momento sumamente especial de virtuosismo que le devuelven la esperanza al rock en una de las peores épocas para el género.
The War on Drugs despertaron las emociones de sus seguidores y fueron prácticamente los únicos que lograron erizar la piel a los asistentes del festival en este fin de semana.