
Otro sobreexplotada temática que Landesman trata de inmiscuir en su película es la del sueño americano, una que en sí no tiene nada que ver con el argumento principal. En una de sus conversaciones con su amada Prema (Gugu Mbatha-Raw), Omalu asegura haber tenido a los Estados Unidos en un altar, pues antes de llegar al país lo imaginaba como una tierra libre y llena de oportunidades. Los acontecimientos lo hacen ver lo contrario, que habrá aquellos a quienes no les gustará su forma de pensar y actuar y harán hasta lo inimaginable por callarlo. Pero algunos de los que apoyan su causa le harán ver que no hay nada más “americano” que lo que está haciendo, ser un extranjero que busca la aceptación de todo el país. ¿De verdad? ¿Tenemos que tragarnos este ofensivo mensaje de superación y supremacía en una cinta sobre futbol americano? Totalmente deplorable.
Y cómo no evitar reír cuando se nos presenta a los ejecutivos de la NFL como un grupo de inescrupulosos villanos que se encuentran en su guarida (con y todo y sus pantallas mostrando sus acciones en la bolsa de valores), y a los jugadores víctimas de la enfermedad que más bien parecen un tipo de zombies cuando son presa de los ataques que los orillan a cometer actos atroces. Una dramatización infantil e innecesaria.
Si bien estamos ante una obra con decentes actuaciones, ninguna sale de lo estrictamente convencional. Todo está dispuesto para hacer brillar a Will Smith, quien adopta un acento distinto y demás tratos para poder entregar algo aparentemente muy cercano a la figura de Omalu. Pero su interpretación se limita a eso, a imitar. Habrá que voltear a ver lo que hizo por ejemplo Michael Fassbender como Steve Jobs. El irlandés no emula al hombre, sino que encarna los ideales y esencia de un tipo ambicioso, maquiavélico y hasta perverso que podría ser Jobs o no.
La Verdad Oculta es Hollywood en todo su esplendor. Evitando meterse en muchos problemas y hasta involucrando a Dios en algo que no debería estar presente, Landesman hace un embarazoso ejercicio cinematográfico que apela al lado más superficial y ligero de un tema al que se le pudo haber sacado mucho más jugo. Sin duda debería sentirse avergonzado.