Seis años después de su última visita, Incubus regresó finalmente a nuestro país para presentarse de una vez por todas en solitario, cosa que no había sucedido hasta ahora en la capital. Y así, con la grandiosidad de una Arena Ciudad de México de su lado (aunque no con lleno absoluto), Brandon Boyd y compañía se entregaron una vez más a su publico mexicano, y esta vez, sí que lo hicieron a lo grande.
Incubus es una banda que si duda ya vivió sus mejores momentos. Hay quienes ya los consideran de antaño y como un acto al que debería entrar en la vergonzosa lista personal de gustos culposos; sin embargo hay que ser realistas, está claro que ninguno de los integrantes es un prodigio musical, pero hay que preguntarnos, ¿cuántas bandas pueden tener una lista interminable de éxitos y canciones que pueden ser coreadas por todo mundo? Pues sí, Incubus es una de ellas y temo decir que a pesar de tanto tiempo sus ganas y energía en el escenario siguen intactas.
Una gran sorpresa vino a continuación. “Circles” hizo vibrar nuevamente a todos los fanáticos, la combinación del característico riff y los golpeteos en la batería de Jose Pasillas II resultaban contundentes, Incubus quería demostrar que todavía saben cómo hacerlo en el escenario. “Love Hurts”, muy coreada por cierto, resultó un gran preámbulo para otro álgido momento del show; “Anna Molly”, el último gran éxito de la banda, nos dejaba claro que el compromiso de los californianos era absoluto, venían por todo.
Continuamos.