
Es complicado perder la atención en esta película. Aunque la estructura narrativa es una enteramente convencional, las grandes actuaciones de todos y cada uno de los actores resultan determinantes para hacer de ella una sumamente entretenida e interesante. El resurgimiento de Michael Keaton queda comprobado con su interpretación de Robby. Como el jefe de Spotlight, su compromiso con la causa periodística es total, pero una serie de obstáculos pondrán a prueba su capacidad como profesional y su integridad como ser humano. Durante la investigación, este se topará con obstáculos emanados de su misma realidad. El posible encubrimiento de amigos abogados suyos e incluso de la preparatoria religiosa a la que asistió vuelven todo el asunto en algo muy personal. Pero estamos hablando de alguien que no se deja controlar por los sentimientos, sino de un tipo completamente objetivo que llegará hasta donde sea necesario para publicar esta historia.
Otro de los actores que merecen una mención especial es Mark Ruffalo. Como Michael Rezendes, uno de los integrantes clave de Spotlight, Ruffalo nos presenta a un individuo entrañable cuya vida únicamente existe dentro del periódico. Viviendo en una pocilga y sacrificando cualquier tipo de relación social fuera del trabajo, Rezendes es el prototipo de los periodistas que han dejado de existir en su mayoría, aquellos que se desviven por su labor y que no se detienen hasta cumplir con su objetivo. Pero a diferencia de Robby, Rezendez se toma las cosas muy personales, pues para él es un imperativo que la investigación sea publicada cuanto antes y que los responsables sean llevados ante la ley. Todos en Spotlight se enfrentan a circunstancias muy especiales que convierten su trabajo en algo muy íntimo. Sacha Pfeiffer (Rachel McAdams) tiene que soportar la desilusión de su devota abuela mientras lee las terribles historias una vez que todo ha sido publicado. Matt Carroll (Brian d’Arcy James) se ve en la necesidad de advertir a su familia de la presencia cercana de sacerdotes pederastas retirados en su mismo vecindario. Pero a pesar lo delicado de la situación, su objetividad se mantiene íntegra.
Algunos personajes secundarios también guardan en su esencia un significado de vital importancia para entender la magnitud de todo el embrollo. Baron y el abogado de una gran cantidad de las víctimas, Mitchell Garabedian (Stanley Tucci), son dos tipos que han sido excluidos por quienes se encuentran a su alrededor. El primero, como un judío en una comunidad católica, ha encontrado miradas de desdén y presunciones de que está emprendiendo una especia de guerra santa contra su religión. El segundo, como un extranjero, se ha topado con las dificultades de vivir el supuesto “sueño americano”. El concepto de forastero es uno al que McCarthy dota de gran valor, pues las acciones de cada uno de ellos son las que ponen a funcionar la maquinaria que cimbrará a una Institución tan grande y poderosa como la Iglesia Católica, no por un capricho personal, sino porque es lo correcto y porque simplemente es su trabajo.
[…] fans de En Primera Plana (Spotlight, 2015) se sentirán como en casa con el filme, pues se trata de una exploración muy […]