Mickey 17 (2025) bien podría ser descrita como el Grandes Éxitos del aclamado Bong Joon-ho: el entorno gélido y la crítica al capitalismo de El Expreso del Miedo (Snowpiercer, 2013); el discurso ambientalista de Okja (2017); el comentario social y la sátira de Parásitos (Gisaengchung, 2019); el análisis de la política en medio de la catástrofe de El Huésped (Gwoemul, 2006)… Con un gran presupuesto, un nutrido elenco y un aparente control sobre el corte final, el coreano presenta su idea del blockbuster del siglo XXI; y aunque el producto final pueda llegar a flaquear en cuanto a ritmo y en el desarrollo de ideas, nadie puede negar que el cineasta se mantiene como uno de los más fascinantes de la actualidad.
Basada en la novela Mickey 7, de Edward Ahston, la cinta, por supuesto, representa otra oportunidad para que el director construya una crítica más hacia la voracidad del capitalismo y el efecto que tiene en los estratos más bajos de la sociedad, aquí encapsulados en Mickey, un hombre que se inscribe a una misión espacial como “prescindible”, o sea , alguien que puede morir y ser traído de vuelta como un clon una y otra vez para seguir trabajando: básicamente, el sueño húmed0 de cualquier patrón.
El protagonista —encarnado por un Robert Pattinson que hace gala de su talento cómico y su gran capacidad para trabajar la voz— se convierte en nuestra guía por un brutal universo interesado únicamente en la productividad y la explotación —¿suena familiar?—. La petición —¿u orden?— que se le hace para confiar en el sistema (como, probablemente, Warner Bros. hizo con el mismo Joon-ho) y la constante deshumanización a la que es sometido pronto nos permiten sentirnos identificados, y si a eso agregamos la ternura que dota el británico a su personaje, obtenemos un protagonista ciertamente irresistible.

Joon-ho, claro, se interna en lo político, principalmente con el personaje de Mark Ruffalo, un despótico y xenofóbico líder que, sin duda alguna, tiene bastante de cierto presidente naranja. La representación es caricaturesca, sí, y en realidad no tiene demasiada profundidad y hasta resulta molesta, pero Ruffalo aporta un toque muy similar al que Gary Oldman le dio a Zorg en El Quinto Elemento (The Fifth Element, 1997) para tratar de crear un villano excéntrico y muy cercano a los que nos podemos topar actualmente gobernando la Tierra.
Pero el verdadero corazón de la historia se encuentra en el viaje de Mickey, y no precisamente el de someterse a la explotación con tal de pagar una deuda, sino el de la búsqueda de su humanidad. Joon-ho enfatiza la idea de que morir nos hace humanos, algo a lo que se le priva al protagonista, y de ahí que su predicamento tenga mucho que ver con la necesidad de tener un final para frenar la máquina capitalista que siempre debe estar funcionando. Que todos a su alrededor le pregunten qué se siente morir refleja esa inquietud por explotar al individuo a como dé lugar.

Ahora bien, Mickey 17 es, probablemente, la más convencional de sus filmes en inglés. La exposición es abundante; de hecho, la primera media hora consiste en un flashback explicativo. Luego, la trama se estanca en diversos momentos; algunas secuencias divagan bastante y al final no conducen a algo significativo. Y aunado a ello, varios personajes van y vienen sin un arco propio, como es el caso de Anamaria Vartolomei y Naomi Ackie. Y si lo que estás buscando es toda la acción que prometía el tráiler, aquí no la vas a encontrar.
Mickey 17 apela a la exageración y al humor negro de Invasión (Starship Troopers, 1997) la premisa de En la Luna (Moon, 2009), a lo estrambótico de Terry Gilliam y a ciertos conceptos de ciencia ficción de videojuegos como Death Stranding (2019) para concebir una narrativa estimulante en general, con todo y sus fallas. Joon-ho nos invita a ser parte de un universo de especulación basado en la sátira y el castigo en el que el capitalismo convierte la vida del proletariado. El ejercicio, aunque disperso y víctima de su propio caos en diversos instantes, deja un buen sabor de boca y expectativa por lo que el realizador hará a continuación.