¿Cómo sería un mundo en el que humanos y robots convivieran en relativa armonía? Eso se pregunta Mars Express (2023) en esta propuesta de animación para adultos hecha en Francia.
La cinta nos introduce en un universo de ciencia ficción cimentado en el cyberpunk con una serie de conceptos fascinantes, desde la posibilidad de crear respaldos de uno mismo para seguir viviendo en seres artificiales hasta la incorporación de tecnología orgánica.
Adentrarse en el mundo de Mars Express significa visitar nuevamente clásicos del género como Terminator 2: El Juicio Final (Terminator 2: Judgment Day, 1991) y Blade Runner (1982), pero también propuestas recientes como el videojuego Cyberpunk 2077, con el que guarda muchas similitudes, y, claro, la obra de Isaac Asimov. E implica, además, recordar obras del cine negro como Chinatown (Barrio Chino, 1974), pues la historia sigue a una detective humana y su compañero robot tratando de resolver un crimen que pronto destapa una conspiración global.
La animación quizá no sea impactante, pero sí el diseño de producción, que nos regala personajes, lugares y vistas que hacen pensar en nuestro futuro como civilización. El director y coguionista Jérémie Périn lleva hacia un nivel muy interesante el transhumanismo, nuestra relación con la tecnología y la misma singularidad.

Quizá el problema más evidente de la cinta se asoma durante el tercer acto, cuando el entramado de mentiras y secretos se torna algo confuso. Aunado a ello, la corta duración hace sentir precipitado el desenlace, pues da la impresión de que faltó más desarrollo para llegar hacia el sorpresivo giro, del cual, sin duda, nos hubiera encantado saber más. Diríamos que abre la puerta para una secuela que bien podría presentarse como serie.
A diferencia de otros filmes y animes, Mars Express no recurre tanto a lo gráfico, dejando la viol3ncia en un nivel moderado y las escenas sexuales en simples sugerencias. Esto, según quien lo vea, podría ser interpretado como una decisión elegante o una para poder llegar a un público mayor.
El compromiso de Périn por entregar una propuesta de ciencia ficción dura y plausible es digno de destacar. Si bien la parte narrativa se ve afectada por la naturaleza fílmica del proyecto, no hay duda de que se trata de un valioso vistazo hacia nuestra trascendencia como especie y el futuro de una nueva.