
Y regresando a las fotografías, estas también poco a poco van revelando las pistas del homicidio de Daniela. El hecho de que uno se entere antes de Mabel de la identidad del asesino crea una tensión con la que Perezcano juega sutilmente hacia el desenlace. El director nos sugiere el posible y trágico final de la mujer, pero lo deja totalmente abierto a nuestra interpretación.
El otro personaje destacado de la cinta es Modesto, un taxista quien pronto comienza a interesarse románticamente por Mabel. El joven resulta un aliciente para la chica y hasta quizá un ancla para traerla de vuelta. Es con él en donde la vemos más vulnerable y sensible. Sus escenas juntos, llenas de ternura y honestidad, nos muestran a la verdadera Mabel, quien podría estar frente al amor de su vida, o ante una nueva e inesperada decepción.
El momento cumbre de la historia viene cerca del final, cuando Mabel, maquillada y más bella que nunca, canta una vez más en el King Kong ante una casa llena, pero más importante, ante nosotros, un público que rápidamente cae hipnotizado. Con un maravilloso plano que nos recuerda a aquella igualmente magistral escena de Shame en donde Carey Mulligan canta frente un perturbado Michael Fassbender, Perezcano nos llena de melancolía y pasión. El preámbulo ideal para una cruel revelación.
Carmín Tropical es una excelente cinta mexicana que trata el travestimo desde una óptica fresca y con una narrativa sencilla pero poderosa. La aparente perfección del pueblo, los personajes poco convencionales, la trama de asesinato y el regreso del protagonista al hogar evocan de alguna manera a Terciopelo Azul. Sí, los enfoques de cada una de ellas son totalmente distintos, pero ambas nos adentran en submundo muy especial y lleno de misterio.