
Foxcatcher es una obra oscura en donde nos topamos con un detestable y sumamente especial personaje en Du Pont. Descrito a sí mismo como un patriota y un filántropo, el magnate es en realidad un arrogante, ególatra y obsesionado hombre quien cree que todo tiene un precio y que sus servicios a la nación resultan fundamentales para el bienestar de la misma. Du Pont cree que su país ha perdido la moral y que al llevar a Mark al triunfo no solo le está haciendo un favor a él, sino a todos los estadounidenses. Interpretado maravillosa y crípticamente por un improbable Steve Carell, Du Pont es el núcleo de esta película. Desde un comienzo podemos darnos cuenta que hay algo oculto en su identidad, algo siniestro y perturbador que inquieta en demasía, sin mencionar su singular físico, el cual contribuye también a construir su personalidad, tan distinta e indescifrable a la vez.
Aunque esta es la historia de un asesinato, Miller y sus guionistas creyeron que el incidente era en lo que menos debía enfocarse su película. El director entiende que está trabajando con sucesos de la vida real, algo que suele atentar contra lo bello de este arte. Por eso, su trabajo se concentra en construir personajes imperfectos y sumamente interesantes. El homicidio final es un mero trámite comparado con la evolución que los protagonistas presentan en la pantalla. Alguien con un enfoque mucho más convencional hubiera puesto nuestra atención en el asesinato y las consecuencias inmediatas.
Las actuaciones en Foxcatcher son gratamente convincentes y altamente efectivas. Cada uno de estos tres actores aporta algo distinto a la ecuación, siendo Carell el que más llama la atención por la tétrica forma en que encarnó a Du Pont. Pero también vale la pena destacar a Tatum, actor acostumbrado a las comedias románticas y sin sentido y quien entrega ahora la mejor actuación de su carrera como un luchador inmaduro y atormentado por sus propias decisiones. No cabe duda que Miller ha demostrado ser un buen director al lograr sacar lo mejor de actores como Tatum y Carell o Philip Seymour Hoffman y Jonah Hill en el pasado reciente.
Otro aspecto que hay que mencionar es la cinematografía de Greg Fraser, la cual logra atraparnos con esas tomas cerradas de las peleas y su contraparte, las espectaculares panorámicas de los terrenos de Du Pont. El minucioso retrato de lo ostentoso y excéntrico de la mansión del millonario es igual de impactante.
La última escena de esta película es quizá el momento más impactante de la película. En ella, Mark se encuentra ahora como peleador del estilo MMA, la cual más temprano en la cinta es catalogado por el mismo Mark y sus compañeros como la forma más baja de este deporte. Resignado y marcado por el fracaso, Mark se dispone a pelear mientras el público se une en un grito orgiástico de “¡USA, USA, USA, USA!”. Esa ironía que hace eco del falso patriotismo de Du Pont cierra la trama de manera brillante.
Foxcatcher es una interesante historia sobre cómo una gran aspiración se puede convertir en nuestra peor pesadilla y de cómo los que están más cerca del dinero y el poder creen que pueden manipular a aquellos menos afortunados y dispuestos a entregar sus sueños a personas como estas, quienes esconden sus propias frustraciones en sus pretensiones casi divinas.
Desde que vi el primer tráiler de Foxcatcher me llamo mucho la atención, tenía muchas ganas de ver está película, ha gustado mucho al público y estuvo nominada al Oscar, esperaba algo bueno y no me ha decepcionado ni tampoco me he aburrido, la película me ha gustado y la he disfrutado