Tom Cruise se ha eregido como un mito viviente del cine contemporáneo. Sus famosas secuencias de acción, ejecutadas lo más cercano posible a la realidad ―arriesgando incluso la vida misma―, e icónicos papeles lo han consagrado como realeza de Hollywood. Pero todo tiene que terminar algún día, y no solo la franquicia de Misión: Imposible,
Destino Final es una de esas franquicias que ha encontrado en la repetición una especia de refugio narrativo y una excusa para “asombrar” al espectador con cualquier cantidad de novedosas y aterradoras muertes. Tras un descanso de más de una década vuelve con una sexta entrega que absolutamente nadie estaba esperando, pero que definitivamente pudo haber