Hacia la mitad de Nosferatu (2024), Anna y Ellen se preguntan por qué no se sienten como personas. Su inquietud se transmite de principio a fin en una película que, más allá de ser un magnífico homenaje al clásico original, transmite los deseos y frustraciones de mujeres al margen y clasificadas como “histéricas” o “malignas” cuando su padecimiento