Ante los créditos iniciales con la pantalla en negro comenzamos a escuchar las cuerdas punzantes del compositor Marvin Miller, anunciando la inquietud permanente que se asienta durante la película. Entre el motivo musical empieza a distinguirse una voz y luego otra más lejana, casi apagada, con cierta distorsión; es una conversación telefónica. Una joven mujer