El hijo dorado consentido del Festival de Cannes, Ruben Östlund, propone en su sexto largometraje, El Triángulo de la Tristeza (Triangle of Sadness, 2022), un desborde en consecuencia de las exploraciones persistentes de dinámicas sociales en ámbitos diversos, sumando ahora elementos más explícitos a la tendencia actual que apunta a simular conflictos de clase hiperbólicos