Notturno (2020), de Gianfranco Rosi, me arrebató de la vida cotidiana desde sus primeros 48 cuadros. La belleza permanente de un amanecer silencioso se destruye ante la agitación física de unos soldados olvidados en alguno de los países donde se filmó durante tres años la contemplativa película de Rosi, quien no se detiene ni un segundo para asegurarse