Mientras David Gilmour se dispone a tomar el escenario del majestuoso anfiteatro de Pompeya, presencias fantasmales se apoderan del recinto y de los pensamientos del legendario vocalista y guitarrista; y no solo se tratan de todos aquellos que perecieron en la catastrófica erupción volcánica hace siglos, sino del mismísimo Richard Wright, su ex compañero de