La conciencia es lo que definitivamente caracteriza nuestra humanidad, pero son las convicciones lo que realmente definen nuestra individualidad. Cuando estas son diferentes al estándar se corre el riesgo de ser marginado de una sociedad que no puede tolerar pensamientos únicos o manifestaciones atípicas. Poder navegar en esta tempestad con nuestros principios intactos y manteniéndonos