Justo antes de que todo se vuelva un infierno para Alice, esta le dice a John, su esposo, que preferiría tener cáncer en lugar de Alzheimer. Consternado y hasta ofendido, el hombre le pide que no diga eso. Alice insiste, pues asegura que así no se sentiría avergonzada, ya que a los pacientes de cáncer